El tráfico de niños esclavos sigue vigente en África en pleno siglo XXI. Las ricas plantaciones de cacao de Costa de Marfil son un reclamo para los países más pobres del oeste de África. Lo ilustra esta historia en dos capítulos: el primero, en mayo; el segundo, en agosto. Una historia como tantas, la de un traficante que compró dos niños y un adolescente a sus padres en el poblado de Dehounta, en Benin. El precio: apenas 50 euros. Atravesaron en autobús tres países del golfo de Guinea hasta llegar a Costa de Marfil. Su vida está ahora en manos de los capataces del cacao, como hace dos siglos los negreros eran dueños de la vida de millones de personas en el continente maldito.
No es de recibo que en el siglo 21 algunos esten peor que en el 19,i los mas perjudicados siempre son los mas debiles,mujeres y niños
ResponderEliminarHola Montse!
ResponderEliminarYo también tengo una entrada relacionada con la esclavitud de los niños menores y de la poca opción educativa que tienen esos países, te dejo mi Blog para que le eches un vistazo, aunque llevo poquito, http://veronica-abellan.blogspot.com/
Un saludo!
África es la vergüenza del mundo moderno en el que vivimos donde unos tenemos tanto y otros tan poco.
ResponderEliminarEs increible que este abismo social esté separado tan solo por unos pocos quilómetros de mar.
Y la solución no está cerca pues ni siquiera se plantea el problema y la distancia cada vez es mayor.
Pep